La realidad me radica en dos. Un lado lleno de contento, el otro inmerso en la dolor. Intento encontrar un equilibrio, pero las corrientes me empujan hacia el oscuro. No sé si alguna vez podré adaptarme a esta ruptura que me controla. Quizás sea imposible encontrar un camino directo a través de este laberinto. Pedazos de un prisma individual